La comunicación no tiene idiomas ni fronteras. Pero la contaminación acústica llega a demasiados ámbitos. Sencillez y riqueza en una ilustración absolutamente elocuente.
Mi oveja de los sueños
Y tu, ¿qué has hecho?
Pablo y Lobito
Mi elefante de los mocos
Tú ¿cómo estás?